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La posición de la cabeza afecta al dolor de cuello y cervical

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El dolor cervical en España es la 4ª causa más frecuente de incapacidad laboral temporal. La incidencia anual de dolor cervical es aproximadamente entre un 10,4 y un 21%, y la prevalencia media en la población general es de un 23%. Es una patología que tiene más incidencia en mujeres, y en países desarrollados y/o áreas urbanas (Jordá M. 2021)

Aunque el dolor cervical es multifactorial y no podemos atribuirlo a una única causa, esta alta prevalencia puede ser debido a que los estilos de vida de la población han cambiado, realizando trabajos en donde abundan los movimientos repetitivos y/o monótonos.

El dolor cervical crónico se asocia a diversas disfunciones tanto en la región cervical como en otras regiones asociadas funcionalmente al cuello. Janda, 1994 ha sugerido que la reducción de la fuerza y la resistencia de los músculos cervicales es el resultado de una forward head posture (FHP) sostenida, es decir una cabeza adelantada.

Algunos autores han propuesto que la reducción de la resistencia muscular es un posible mecanismo para perder la capacidad de mantener una postura óptima, lo que en última instancia conduce a la anteriorización de la cabeza.

Aun así, analizando esta FHP podemos ver como estructuralmente la línea central de la cabeza se desplaza hacia delante y hacia arriba, aumentando el peso de la cabeza soportada por el cuello, y con el tiempo esta postura da como resultado una adaptabilidad más corta en los músculos suboccipitales, los ligamentos posteriores y las membranas asociadas con las articulaciones atlás-axis y atlas-occipital. Esto provoca un aumento de la lordosis y un acortamiento de los músculos occipitales. Además, provoca una contracción muscular anormal y continua y una acción compensatoria relativa de los musculatura del hueso occipital, el cuello y los hombros, lo que da como resultado un cambio en la forma de la lordosis cervical.

Esta modificación de la postura de nuestra cabeza se ha creído que era la causante del dolor que muchas personas tenían en cervicales, pero a día de hoy sabemos que existen personas con cabeza anteriorizada que tienen dolor cervical, pero también otras que no tienen ningún síntoma.

El problema es que este supuesto FHP = dolor cervical no está tan claro, habiendo personas con la cabeza adelantada sin dolor cervical, y viceversa.

Es función de los readaptadores/educadores físicos no olvidarnos de la mejora de la musculatura cervical cuando los alumnos presentan dolor cervical o de cuello habitualmente. Por suerte, se han atribuido varios niveles de implicación a la musculatura profunda y superficial del cuello en las personas con dolor cervical.

Se observó que el índice de discapacidad cervical y la intensidad del dolor sólo se correlacionaban con la resistencia y el tamaño de los músculos extensores respectivamente.

Del mismo modo, se cree que la presencia duradera de dolor en estos pacientes impone alteraciones adaptativas en las estrategias de control motor de la región cervical. Esto podría hacer que los cambios en tamaño muscular, resistencia y postura cervical no se expliquen simplemente por principios biomecánicos. Hay algo más.

Si comparamos el tamaño, la resistencia y la postura de los músculos cervicales y sus relaciones en pacientes con dolor cervical crónico y en personas asintomáticas observamos como el ángulo cráneo-cervical no era diferente entre ambos grupos, y la posición adelantada de cabeza (FHP) no estaba asociada con las características clínicas del dolor de cuello ni con la capacidad de resistencia y el tamaño de los músculos del cuello, excepto el grosor de los músculos esplenios en el grupo asintomático. Esto quiere decir que evaluar la posición estática adelantada de cabeza (FHP) no es tan relevante como se pensaba antes. Así mismo, el estudio que analizamos de Ghamkhar, L. et al. (2018) mostraron una menor capacidad de resistencia flexora, total y global en los pacientes con dolor cervical crónico en comparación con pacientes asintomáticos. Estos también tenían músculos flexores y extensores profundos mas pequeños, pero el hallazgo más notable fue que estos factores apenas estaban relacionados con la intensidad del dolor o la discapacidad.

Debemos puntualizar en que no se investigó en el presente estudio, factores como la evitación del dolor o la kinesofobia (miedo a ciertos movimientos) y claramente podrían haber afectado al tiempo que los pacientes mantenían la posición del test en tendido prono contra la gravedad, el miedo al propio ejercicio puede alterar los resultados y por eso mismo la educación en dolor forma parte de toda readaptación en una primera fase.

Otros estudios recientes, han demostrado un menor tamaño y una menor capacidad de resistencia en los músculos flexores y extensores de los pacientes con dolor crónico cervical. Los cuales atribuyen el comportamiento de inhibición del dolor al menor tamaño de los músculos profundos. Se ha propuesto que los músculos superficiales por el contrario, se vuelven hiperactivos para compensar la pérdida de estabilidad cervical, sin embargo, parece que el tamaño de los músculos superficiales no es tan sensible al dolor crónico cervical como las alteraciones de la actividad eléctrica de estos músculos. En definitiva, sabemos que la postura de la cabeza anteriorizada no es la principal causa de dolor cervical, y no tiene porqué relacionarse con este dolor, aunque la debilidad de flexores profundos y de la musculatura extensora puede estar relacionada con este dolor cervical.

Posiblemente estas personas están en un ciclo vicioso de dolor-debilidad en donde la mayor parte de las personas que padecen dolor crónico cervical comienzan a realizar ejercicio, pero si aparece el dolor tienen que parar y por ende las ganancias de fuerza especialmente de la musculatura profunda se ven mermadas.

Es muy importante controlar la carga de entrenamiento y los ejercicios que proponemos para progresar adecuadamente, evitando las interrupciones durante el proceso de readaptación.

A continuación mostramos una serie de ejercicios que se han utilizado en otro estudio que relacionaba la posición anteriorizada de la cabeza con un aumento del riesgo de dolores de cabeza por tensión. Esta patología afecta no solo a la vida diaria sino que se relaciona con cefalea tensional y alteraciones del sueño.

Como conclusión el grupo que realizaba ejercicios de flexión profunda cervical mostró una disminución significativa en el índice de trastornos del sueño. Así bien, si conseguimos reducir los dolores de cabeza conseguimos mejorar los trastornos del sueño, aunque claramente hay más factores que afectan a estos trastornos del sueño, en donde el tabaquismo, el consumo de alcohol, el estrés, la depresión y la fatiga son factores a no olvidarnos.

En este mismo estudio se presume que los resultados obtenidos con los ejercicios de flexión muscular profunda cervical fueron más positivos que los obtenidos con los ejercicios de estiramientos. Estos últimos pueden mejorar temporalmente la postura al alargar los músculos rígidos-cortos, pero no fueron más efectivos.


BIBLIOGRAFÍA:

Ghamkhar L, Kahlaee AH. Is forward head posture relevant to cervical muscles performance and neck pain? A case-control study. Braz J Phys Ther. 2018, https://doi.org/10.1016/j.bjpt.2018.08.007

Choi, W. Effect of 4 Weeks of Cervical Deep Muscle Flexion Exercise on Headache and Sleep Disorder in Patients with Tension Headache and Forward Head Posture. Int. J. Environ. Res. Public Health 202118, 3410. https://doi.org/10.3390/ijerph18073410

Imagen: dolopedia


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